Una de Romanos

Me la coges con la mano.

Vale, es un chiste malo, muy malo, pero no me pude resistir. Igual que otros muchos tampoco se han podido resistir a la tentación de publicar un artículo sobre "el impávido". Primero fue El Farero y su Faro, luego fue Yonkis (aunque éste último ha eliminado esa entrada de su web como ha hecho con otras cosas en alguna ocasión) y ya para acabar fue Inner el Pendejo. Pues bien amigos, yo voy a ser la excepción que fornica la regla y no voy a hablaros del jueguecito ese. Ya os he puesto tres (en realidad dos) enlaces a webs donde hablan de ése juego y donde hay muchos comentarios. Sorprende ver lo que sueltan algunas lectoras de Inner:

Yo me ofrezco como feladora jajajajajajaja tiene buena pinta el juego ;)

By Olga on Nov 28, 2009 at 6:06 pm

Esta entrada está inspirada en esa entrada que hizo el amigo Inner y en una conversación por el messenger con Cris. (Sí, estoy empezando a hablar de porno, a ver si así entrais a visitarme/comentarme malditos cabrones).

En la antigua Roma, famosos eran los almuerzos por la opulencia y pomposidad, por su duración y por lo que venía después. Digo yo que estar comiendo durante tres horas no es muy sano ni recomendable, más teniendo en cuenta que esta gente era muy dada a comer tumbados, de lado o en esos camastros tan raros tipo psicólogo que usaban.

Teniendo en cuenta que la postura de la comida no ayuda mucho a comer realmente, debo suponer que comían así para hacer lo que hoy en día hacen muchas personas a las 4 de la tarde, ponerse a marujear viendo la tele y programas del corazón. Como en aquella época las revistas rosas, los programas televisivos coñazo y los chismorreos de portal no existían, qué mejor momento para saber cómo le va a la hija fea de la senadora que pegar la oreja a los desvaríos que cuenta su madre cuando está borracha.

- Pues sí. Mi hija, la fea, se fue a Iberia de vacaciones por mar y unos piratas egipcios asaltaron el barco. Ahora nos dicen que cuánto le damos por la mula tan fea que había abordo.
- Uis, que descaro de los egipcios, llamar mula a tu hija.
- No, si en realidad sí que había una mula. Si ellos se quedaron a mi hija como esclava sexual, la mula es la que nos quieren vender. Dicen que es fea, muy fea, pero que la chupa de bien, jeje, debe haber salido a su madre.

Claro, así la comida se va haciendo pesada y llega un momento en el que uno no puede comer más, ¿qué hacer? Pues nada, uno se coge, se aparta del resto y ejem...ejem... Lo que hacen algunas modelos para estar más delgadas (casi esqueléticas, ¿hija tienes chicha donde agarrar?). Este maldito invento de los romanos es lo peor que se puede hacer con la comida, desde mi punto de vista. Yo soy partidario de que si te comes algo, sólo lo dejes salir por un sitio, tirar la comida de esa manera me parece un desperdicio (más teniendo en cuenta el hambre que había en ésa época). ¿Esque sus madres no los chantajeaban cuando eran pequeños como a nosotros nos lo hacían?

- Vamos Augusto querido, tienes que comerte este plato entero. Piensa en los niños de Sur América que no tienen nada que comer, pobreticos.
- Mamá, ¿qué es Sur América? ¡Si todavía no se llama así ni ha sido descubierto!
- ¡¿Me vas a rechistar o te echo a los leones?!

Si amigos, sí, los romanos con su opulencia causaron algunos estragos, de hecho hoy día lo siguen haciendo, no hay más que ver las fiestas que se pega el amigo Silvio Berlusconi (jaja, se llama Silvio  XD).

Y siguiendo con la comida. Cuando la comida se alarga hasta un punto en el que ya no sabes si comer, si echarte a potar o echarte a dormir, la cosa es cuando se anima. Llega la orgía. Claro, ¿quién quiere hacerlo con el estómago lleno? Te sientes pesado, no te puedes mover bien, hay cosas que no puedes hacer, etc... Y bueno, yo no he estado ahí, pero supongo que el anfitrión ofrecería a sus invitados algunos esclavos y demás para deleite y diversión de sus amigos. Esclav@s jóvenes, guap@s, bien asead@s, de cuerpos bellos...juuuumm...creo que me estoy poniendo malo.

Aunque bueno, no todos en la fiesta pillarían cacho con los esclavos. Seguramente la mujer vieja del senador pillaría cacho (por muy vieja y asquerosa que fuera). Pobre del que le tocara, eso sí que era una ruleta rusa. No me la quiero ni imaginar saltando y brincando encima del pobre desventurado mientras gritaba "¡sigue mi césar, sigue mi centurión!". O peor, que te obligue a llevar las riendas.

Lo mismo podría pasarle al pobre senador. Esa gente que se tira horas y horas sentados en los duros y fríos mármoles del senado, debatiendo y discutiendo sobre si esto está bien o está mal. Esa gente que tiene la barrga tan llena y tan redonda que no se ve los pies y que perdieron de vista a su mini-yo hace mucho. Pobre de la muchacha a la que le toque "servir" a ese hombre. Sería como tratar de acostarse con Peter Griffin solo que en la era romana.

-"Vamos mi pequeña amazona, que te voy a llevar al Monte Olimpo"
-"¿Tan lejos? ¿Crees que podrás llegar? Yo creo que de aquí no nos movemos mucho"

Supongo que no todo serían penurias en uno de esos almuerzos, porque si lo fueran así, qué poco habría durado de tradición. Algo bueno tiene que salir de esto y quizás sean los casos en los que la pareja es la adecuada. ¿Y quien dice que sea sólo pareja? Ahí tenemos el ejemplo de la guarra de Victoria de Memorias de Idhún, que no se decidía si entre un bonito dragón dorado ardiente y pasional o un shek frío y...sólo eso, frío.

O por ejemplo a Bella, la de Corpúsculo (que tampoco es tan bella la muchacha oigan). Que en esta nueva edición no sabía si decidirse entre el guapo, fuerte, bronceado y simpático hombre-lobo-indio o entre el paliducho, frío y distante chupasangre-purpurina-matrixero.

Pero volvamos a Roma. ¿Quién no te dice a tí que en una de esas orgías no salían parejas felices? Yo no estaba allí por desgracia y no puedo ni afirmar ni desmentir nada dado que en lo único que soy experto es en...¿dormir?¿ver la tele?¿comer un bocata gigante?¿dedicarle tiempo al chico?...

Bueno, para seguir sí que voy a mencionar algunas cosas sobre el juego del Impávido con el que empecé el artículo. Hay mucha gente que en los comentarios de Inner decían que una de las variantes del juego que podrían sacar era que debajo de la mesa hubiera un tipo barbudo, con cara de pocos a migos y que cuando todos hubieran acabado el juego, saliera de debajo de la mesa (en vez de la mujer de turno) y acojonara a los presentes. Eso sí que tiene que dar grimma. Aunque una variante del juego más entretenida sería en la que debajo de la mesa hubiera más de una chica y puede que algún chico.

Sería una especie de ruleta rusa, tu no sabes lo que hay debajo, puede que sea hombre, mujer, o cabra, con lo cual tener el gesto impávido sería mucho más difícil. Ya lo peor de lo peor es que no hubiera nadie debajo de la mesa y que estuvieran todos acojonaos y esperando a algo que no va a venir. Menuda pérdida de tiempo.

Mencionar que los franchutes tienen fama de guarros (de no lavarse) y de ser muy buenos amantes sexuales. Pero la verdad, en una sociedad en la que los matrimonios concertados o por interés estaban a la orden del día no me extraña que cada cual se casara con quien quisiera y luego se fuera de putas y comadres con quien realmente quisiera.

- Cariño, ¿te vas de viaje de negocios?
- Sí pichoncito, me voy una semana en barco a hacer negocios por Italia. Puede que pase por Pizza donde su torre inclinada, ¿quieres que te traiga una piedra de la torre como recuerdo?
- ¿Una piedra?¿Y no se caerá?
- Tranquila, si allí tienen piedras para dar y tomar.

Cuando en realidad estaban pensando:
- Cariño, me voy de putas una semana a italia. Joder que bien me lo voy a pasar sin esta petarda.
- ¡Qué bien! Una semana para estar fornicando con el jardinero, el cocinero, el chófer, la asistenta...

Y bueno, eso es más o menos todo lo que quería contar por hoy. He estado revisando la conversación con Cris de la cual he sacado la mayoría de ideas de esta entrada y me resulta más graciosa la conversación, más que nada porque esto es casi un monólogo que os cuento y que puede que os parezca bien y puede que no. Se agradecen los comentarios y las críticas, las amenazas de muerte me las meteis en el buzón que todos los días incinero las cartas, los estractos del banco, la publicidad (espero que no me llegue nunca ningún cheque al portador...).

P.D. Sé que la entrada sobre la muñeca Barbie os ha vuelto locos, pero no me lleneis el blog de comentarios que luego se peta.

Esto era un hombre tan rápido, tan rápido que una vez se puso a darle vueltas a una farola y se dio por culo a sí mismo, ¡dos veces!