jueves, 5 de noviembre de 2009

Contar hasta cinco

Pues sí, parece fácil contar hasta cinco, de hecho es lo que mucha gente sabe hacer. Pero es eso, hay algunos que sólo saben contar hasta cinco. Veamos dos ejemplos:

* Ayer mismo fui a la carnicería a por carne picada para hacer mis mocarrones y el precio marcaba 2.57 €. Bien, no tengo ese dinero en monedas, pues tiro de billete y le doy al carnicero uno de diez. El pobre hombre no tiene cambio y me dice que me espere, mientras me da unas cuantas monedas que juntas sumaban 1.30€. Pasan unos segundos y cuando nuevamente me ve me da un euro que "le faltaba" y ya le digo "oye, te di diez euros, me faltan cinco". El carnicero con cara extrañado me respondo:

- Ah, ¿si? ¿Me has dado diez euros?
- Sí y mira el cambio que me has dado, creo que está mal. Aquí marca el precio 2.57€
Le entrego el cambio para que vea su error y nuevamente me pregunta: "¿Me has dado diez euros?" (Esto ya es repetitivo ¬¬)
- Sí, te he dado diez euros.
Al final me cobra 2.50€ para no hacerse un lío y me dio el cambio bueno.

* Esa misma noche fui al cine con mi primo y después de habernos hinchado de bebida teníamos algo de hambre. No la suficiente como para cenar-cenar en un bocatta pero sí la suficiente como para comernos algo. El problema es que en el Kinépolis de Granada todo es caro y si quieres comer algo bueno tienes que ir al Tranvía a Durcal pero eso es para cenar-cenar.

Así pues la suerte nos obligó a comer en el Burger King (que hacía años que no comía yo ahí y creo que pasarán nuevamente años hasta que vuelva a comer). Tras aguantar un ratico de cola comentando las escenas más graciosas de REC 2 nos tocó el turno y decidí pedirme un menú nosecual por algo menos de cinco euros. Nuevamente no tengo suficientes monedas para pagar y tiro de billete (otro de diez). El dependiente muy amable me atiende el pedido, me da algo de cambio y empieza a servirme la bebida (sin pajitas), las patatas, la hamburguesa... Y ahí fue cuando ya pensé que hay mucha gente que sabe contar hasta cinco y no más.

- Oye perdona, me faltan 5€ de cambio, te he dado 10€.
- Si, cierto, tienes razón.
Y mientras rebuscaba el billete...
- Y cuando puedas nos das pajitas.
- ¿Quereis ketchup para las hamburguesas?
- Sí, gracias.

Hoy en día a cualquier cosa la llaman hamburguesa. Si me hubieran cortado lo que dije que me cortaran e hicieran una hamburguesa con ello, habría salido más grande. Cuando la "diversión" de comerte la hamburguesa hubo terminado, decidí entretenerme con una de las bolsitas de ketchup que quedó sin abrir.

Después de haberla tocado, apretado, retorcido, incluso insultado, la muy lista no se dignó en explotar. No pasa nada, me llevo una y luego uso la rueda del coche para explotarla. Y así hicimos. Puse una nueva bolsita de ketchup delante de la rueda de mi Opel Astra (año 96) y después de haber pasado por encima de ella dos veces, seguía intacta. ¡¡Las bolsitas de ketchup del Burguer King son indestructibles!! Podría hacerme una armadura de bolsitas y sería inmortal...

Desvaríos a parte esta entrada se está convirtiendo en algo muy grande y cuando las cosas son grandes dan pereza leerlas así que aquí se acaba la historia.

P.D. Que asquito de final el de REC 2, casi nos quita las ganas de comer.

1 comentario:

  1. dioooooooooooooooooooooooooooooooooss!!

    lo mejor es la fotoo de la anecdotaa!!

    by:Cris

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